Para las entradas de locales y edificios, es ideal la instalación de cortinas de aire para evitar pérdidas de temperatura a través de la abertura sin entorpecer el paso de vehículos o personas.
La inversión en una cortina de aire se amortiza rápidamente puesto que evitan el desperdicio de energía. Cuando las cortinas de aire están en marcha, reducen las corrientes de aire impidiendo la entrada del aire caliente en verano, o que se escape el aire caliente (de la calefacción) hacia el exterior en invierno. Esto aporta confort en el interior del local, cuyos ocupantes pueden ser los trabajadores o las personas que vienen de visita.
Otro posible uso práctico es evitar la entrada de moscas u otros insectos voladores en el interior del edificio, así como pequeños roedores, suministrando un flujo de aire a alta velocidad a través de la cortina. Aunque esta aplicación resulte extraña, la sensación que produce el chorro de aire sobre la piel de los roedores les resulta desagradable y la evitan.
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Entre las aplicaciones industriales y de terciario de una cortina de aire se encuentran:
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